Nosotros
Al terminar su carrera en la Universidad Nacional Autónoma de México, Carlos Herrera tenía como destino convertirse en uno de los arquitectos más importantes de su país. Empezó trabajando algunos años como asistente en uno de los despachos de más renombre en la ciudad de México para afilar sus talentos y tener más experiencia. Pero pronto tomó la decisión de probar suerte en el mundo competitivo de la arquitectura y creó su propio despacho. Con un grupo de jóvenes y talentosos dibujantes, Herrera llegó a producir un legado de proyectos todos sumamente apreciados.
La relación que se forma entre el arquitecto y su cliente es uno de las artes en las cuales Herrera es un verdadero maestro. La atención y el detalle que presta a cada proyecto subraya su talento en entender los deseos del cliente y su habilidad en ganarse su total confianza.
Demuestra un despliegue de fuerza y sencillez en línea y color que son los sellos que nos llama a la arquitectura mexicana. Estas características son patentes en sus fachadas sólidas, terrazas amplias, patios abundantes e interiores elegantes. La orientación de la estructura juega un papel clave en su proyecto base. Este enfoque le permite crear espacios extensos llenos de luz y energía.
Herrera pone mucha atención en sus materiales y escoge una amplia gama para poder realzar la importancia de cada textura. Los colores que utiliza son tomados de la paleta de la tierra. Estos colores son la característica esencial en cada una de sus obras.